A meus parentes e amigos

A mis familiares y amigos
Se me ha ocurrido empezar un blog personal para ir publicando mis nuevas crónicas que vendrían a ser como una segunda edición de mi libro “80 Chispazos”.

Espero que os gusten, pues están todas “inspiradas” en experiencias de mi vida diaria. .

sábado, 29 de dezembro de 2012

Los Reyes Magos


Hace ya muchos años que yo esperaba la llegada de los Reyes Magos, bien escondido debajo de las mantas e intentando escuchar  las pisadas de los camellos por el pasillo de casa.
En esa espera, me quedaba dormido hasta que, al día siguiente, descubría aquellos regalos que los Reyes me habían dejado en el salón. Rasgué nerviosamente los lindos papeles hasta descubrir los juguetes tan esperados: el coche de bomberos, los soldaditos de plomo, el mecano…
Esos recuerdos han quedado guardados en lo más profundo de mi ser, con un ansia de no despertar nunca de ese mundo de fantasía.
En un intento desesperado de no perder esa maravillosa “realidad” vivida en mi infancia, he intentado después volver a vivir esas sensaciones, pero a través de mis hijos.
Volvió todo de nuevo y también ellos se quedaban observando las estrellas, con la esperanza de ver aparecer a los Reyes Magos, precedidos de la estrella de Belén. Y de nuevo los regalos, el carbón de azúcar, los caramelos…
Me veo ahora leyendo la carta que también yo he escrito y que disimuladamente la he juntado a las de mis hijos:
“Hace ya muchos años que Vuestras Majestades entraron silenciosamente en la casa de mis padres y me dejaron un lindo caballo de cartón, en el que yo cabalgaba galopando por  unas lindas praderas”.
“Todo ese mundo encantado ha ido desapareciendo, y ahora vuelvo a escribiros para pediros que me incluyáis en vuestro mundo y que pueda  también yo creer que todavía hay amor e inocencia y consiga olvidarme de las tristes realidades de un mundo, tan distinto del vuestro y, por favor, dejadme también para mí un cachito de carbón dulce”. 

quarta-feira, 26 de dezembro de 2012

Páginas en blanco


Llegó el último día del año. Siento ahora la necesidad de limpiar los cajones de mi mesa, desprenderme de papeles inútiles y estrenar una ropa nueva.
Tengo la sensación de estar saliendo de un largo túnel, y abro los ojos ante una luz que va dando color a cuanto me rodea.
En la mesa de mi despacho hay una agenda con las páginas todavía en blanco, como una incógnita que tan sólo conseguiré descifrar durante el transcurso de los días, de las semanas, de los meses.
Las realizaciones, los proyectos trazados durante el año que ya terminó forman parte de mi currículo, mientras que los fracasos han quedado olvidados en las páginas llenas de garabatos de aquella otra agenda que he echado a la basura hace apenas unos momentos.
Una agenda blanca y limpia nada transmite. Sin embargo, apuntes en rojo, interrogaciones, tachaduras, todo eso es sinónimo de vida.
Mi vieja agenda ya se ha convertido en cenizas. Me esperan ahora muchas páginas en blanco que todavía están sin vida, pero que irán marcando lentamente el transcurso de los días, dejando huellas de vivencias, unas alegres, otras con marcas de sangre y sufrimiento.
Tengo miedo de las hojas en blanco, pues sólo traducen monotonía, falta de sentimientos, de amor, sin luchas.
Me esperan doce meses de safíos, e infeliz de mí si me contentase tan sólo en dejarlos pasar sin tener el coraje de cogerlos fuertemente con las manos.
En todo esto ando pensando , mientras arranco el plástico que envuelve mi agenda nueva, y empiezo a apuntarlos nombres de tantos amigos con los cuales conviví el año pasado y que continuarán todavía presentes en la agenda de éste y de otros años sucesivos.
Sólo deseo que mi nombre también continúe presente en la agenda de todos ellos.

                                                                                                                                                                                                         

segunda-feira, 17 de dezembro de 2012

El hechizo de Navidad


Ha llegado ya el mes de diciembre. Los escaparates de las tiendas están adornados con cintas rojas, bolitas doradas y nieve artificial, mientras por todos los rincones de la ciudad resuenan los villancicos, interpretados por voces infantiles.
Gente que entra y sale aprisa y corriendo de las tiendas, unos con paquetes grandes, otros apenas con la desilusión de compras imposibles.
Calles y edificios adornados con bombillas coloridas,
personas que se dan las manos,
que se desean felicidades,
que se abrazan,
que conversan.
Es el hechizo de Navidad que va penetrando intensamente en nuestro ser, conforme nos aproximamos más de esa noche memorable.
¿Frío o calor? No importa!
Navidad, con nieve o con el sol intenso del trópico.
Navidad no está limitado a un  tiempo determinado y sí al sentimiento que une a toda la familia,
que perdona a quien nos ha ofendido,
que nos hace sonreír al mendigo, antes ignorado,
que nos aproxima de quien nos incomoda…
En las Navidades, nuestro comportamiento es diferente:
Los pueblos en guerra abandonan las fusiles;
Se da la vez al vecino en la cola del supermercado;
Se dan propinas generosas al basurero, al cartero y A todos los que nos desean felicidades.
Nos da la impresión de que el 25 de diciembre no es apenas un día cualquiera del calendario. Es un día único que, año tras año, va realizando el milagro de la paz y de la reconciliación.
Alegría…
Fiesta;
Reunión familiar  alrededor de una mesa.
Corazones que se abren,
Personas que se besan, deseando con toda sinceridad,
¡UNAS FELICES NAVIDADES!                                                                             

quarta-feira, 28 de novembro de 2012

Montserrat


La montaña de Montserrat, situada a unos 30 kilómetros de Barcelona,  representa  el símbolo patriótico de Cataluña.  Su silueta aparece en escudos, tiendas  y logotipos. Esta La montaña tiene diez kilómetros de extensión  por cinco de anchura.
La palabra “Montserrat”  significa en catalán “montaña serrada”. Remonta a millares de años, durante los cuales se formaron conglomerados de piedras calcáreas, unidas por una especie de cemento natural. El viento, la lluvia y el calor  fueron dando formas distintas a esas rocas, algunas de las cuales parecen figuras humanas y animales.
Es famoso el  Santuario construido en el año 1000 por el abad Oliva y frecuentado por los reyes de Aragón. Durante la guerra de la Independencia fue destruido por los       El claustro del monasterio es del siglo XV, pero la fachada principal es reciente, de 1940 de un estilo neo-barroco  y neo-gótico.. 
Junto al mismo hay también una hospedería y tiendas de artesanía , administrado todo por benedictinos que también se dedican a los estudios, artes manuales y a la fabricación del famoso licor  “aromas de Montserrat”..
Desde los alrededores del Santuario puede uno alcanzar diversos picos de la montaña, usando  el tren cremallera.
Dice la tradición que la imagen de la Virgen de Montserrat fue encontrada por unos franceses  que más tarde huyeron  aterrorizados por el retumbar de tambores que sonaba por toda la montaña y que, según la leyenda, era apenas  un tambor tocado por un muchacho y que resonaba por todas partes como si se tratara de una invasión.
pastores. Esta Virgen fue declarada patrona de Cataluña, en donde se le llama cariñosamente de “moreneta”, debido al color oscuro de la misma.  
El canto  de la “Salve”, al mediodía, seguido del “Virolai” es el punto más emocionante de esta visita, pues en ese momento todos los asistentes se dan las manos, rezando cada uno  y en voz alta el Padrenuestro en su propio idioma. Estos y otros cantos son interpretados  por la “Escolanía”, formada por niños de 8 a 12 años, que viven  permanentemente en el Santuario, donde reciben  educación escolar completa e inclusive aprenden  a tocar varios instrumentos musicales..Cuando estos niños cambian de voz ya no pueden seguir en el Santuario.
Nos alejamos de Montserrat con la impresión de haber descubierto el secreto del pueblo catalán, que vive su regionalismo a la sombra de esta montaña cuya inspiración   sirvió a tantos poetas catalanes e inclusive al  artista Antonio Gaudi, cuya arquitectura está inspirada en las formas arredondeadas de esta montaña, como puede comprobarse  en la iglesia de la Sagrada Familia de Barcelona.  

terça-feira, 30 de outubro de 2012

El paraguas


Llego en casa empapado de agua y cierro el paraguas que no sé dónde guardarlo: si lo dejo abierto en la sala, va a mojar todo el piso: en la ducha no cabe y en el patio tampoco, pues el viento puede llevárselo…
Y me pregunto: ¿para qué sirve el paraguas? Salí de casa con la ropa seca y regreso  como un pájaro mojado, a pesar de intentar protegerme de la lluvia con ese maldito artefacto que sólo me ha servido para amenazar a los transeúntes que se apartan rápidamente de mí, antes de perder un ojo con una de las varillas.
Salgo de casa con paraguas, pero es posible que regrese sin él, por haberlo perdido a mitad de camino. Seguramente lo dejé en la  entrada del banco,  en el lugar reservado para esos objetos. Al salir, no lo recogí. Lo eché en falta cuando empezó a llover de nuevo ya cerca de casa. ¿Regreso en busca del mismo o prefiero comprar otro que seguramente también lo perderé en cualquier lugar?
¡Cuántas historias inauditas contienen todos esos paraguas abandonados en lugares inauditos como en el banco del parque, en el taxi, en el supermercado, en la tienda de la esquina o en el asiento del autobús!   
¿Por qué uno insiste en conservar un objeto tan inútil? Hecho especialmente para no mojarse, pero si llueve con un poco de viento, no sirve de nada. Tal vez apenas para preservar las gafas para que no se empañen.
 Si es de sistema de apertura automática, hay que tener cuidado, pues puede salir disparado de la mano e ir a caer en medio de la calle, donde podrá ser pisoteado por algún transeúnte incauto o aun herir al que está a nuestro lado y que también  intenta abrir el suyo.
Después de varias intentonas frustradas de cerrar el paraguas, por fin lo consigo y avanzo por la tienda adentro, pisando la alfombra con cuidado y sacudiendo el agua acumulada. ¿Dónde estará el recipiente para guardar los paraguas mojados?
-Está en la entrada de la tienda, señor.
Y ahí voy yo, sacudiendo el resto del agua acumulada en ni ropa  y con mis zapatos encharcados que van dejando sus huellas  en una alfombra que antes brillaba por su limpieza.
Así voy marcando mi presencia desastrosa en cada lugar.
Mi más reciente “aventura” ha sido hace pocos días. Al salir de una tienda, fui sorprendido con un viento tan fuerte que me arrancó el paraguas de la mano  y voló lejos, yendo a caer - ¡qué coincidencia!-  junto a un contenedor de basura.
Lo dejé tirado allí mismo y continué mi camino mojado hasta los tuétanos, pero feliz al sentir  la lluvia escurriendo por mi rostro.


  

segunda-feira, 22 de outubro de 2012

Va a llegar el (la) que faltaba...


Tres de mis cuatro  hijos han contribuido en la población mundial con dos hijos cada uno, pero Felipe, el más pequeño, ha resistido tenazmente y se ha mantenido hasta ahora sin aumentar la familia.
¡Qué vamos a hacer! Éramos unos abuelos frustrados hasta que…
Enciendo el ordenador y llamo a nuestro hijo Felipe, pues tenemos algunas novedades para contarle.
En la pantalla aparece  él y  Silvia, cosa rara de suceder porque no siempre coinciden estar los dos en casa cuando llamamos.
-          Tenemos una novedad para contaros…
-           Espera un poco, Felipe, pues antes  queremos contaros lo bien que hemos pasado este domingo. Hemos ido a pasear a un lugar maravilloso que…
-          Sí, pero espera que os cuente algo…
-          Bueno, después nos lo cuentas. Como te decía, nos hemos divertido  mucho y…
-          Por favor, papi, déjame que te cuente…
¡Qué raro! ¿Por qué será que  está tan impaciente en contarnos algo?
-          Pues dinos, Felipe, ¿qué queréis decirnos?
En la pantalla, los dos se miran uno al otro, antes de anunciar la gran novedad:
-          ¡Vais a ser de nuevo abuelos!
-          Un prolongado aplauso nuestro, mezclado con lágrimas de felicidad, no son suficientes para manifestar toda nuestra alegría.
-          ¡Por fin, Dios mío, por fin!
Mientras celebramos este acontecimiento tan esperado, nuestro pensamiento vuela hacia años pasados: nuestro hijo pequeño había nacido. Muy querido por todos, principalmente por sus tres hermanos que se lo disputaban cuando sus ojitos se cerraban de sueño…
Hace pocos días fuimos a visitar a los antiguos cuidadores de nuestra casa que por muchos años trataron a Felipe como a un hijo. En la cabecera de la cama de ese matrimonio, está colgada la fotografía de Felipe cuando pequeño…
Felipe fue un niño muy afortunado porque, no sólo nació en medio de una naturaleza exuberante, sino que también pasó su infancia rodeado de mucho amor.
 Ahora sólo esperamos que esa vida tan feliz se perpetúe con las sonrisas del que está próximo a nacer.
-          Felipe y Silvia, ¡nos hacéis muy felices con la gran noticia!

terça-feira, 18 de setembro de 2012

A espera de algo


Tengo cita con el dentista a las 10 de la mañana. Falta todavía quince minutos. ¿Qué hago mientras no llega la hora?
Quedé de encontrarme con mi amigo en el bar de la esquina de casa a las tres de la tarde. Llegué con media hora de antecedencia. ¿Qué hago?
Acudo a la reunión de la escuela de mis hijos. La sala está vacía. Escojo un lugar  adecuado y… ¡a esperar!
Hoy vamos a comer en casa de mi hijo que pasará a buscarnos al mediodía. Estoy ya listo. Cierro las ventanas y la puerta de casa. Me llama por teléfono avisándome que ya está a camino. ¿Lo espero sentado en la sala, leyendo el periódico o haciendo un crucigrama?
Así van transcurriendo las horas del día vividas, en gran parte del tiempo, en un compás de espera…
Lo peor es que cada compromiso requiere su tiempo especial de espera y no hay cómo juntar todos para realizar una única actividad. Se trata de momentos breves que no llegan a durar ni una hora, considerados aisladamente.
Hay que esperar varios meses para que lleguen las Navidades; el próximo domingo va a haber el grande partido del Real contra el Barça; el mes que viene llegará mi hija para visitarnos;  el viernes próximo será el cumpleaños de mi esposa…
En realidad, vivimos en función del futuro, pues el presente dura muy poco, limitado apenas por una vuelta completa del reloj.
Se vive en función del “mañana”, que nos promete realizaciones  que apenas eran un sueño.
El  presente nos proporciona una cascada abundante de sentimientos que se mezclan rápidamente, unos desapareciendo inmediatamente y otros permaneciendo a la espera del futuro.
El tiempo de espera representa el vestíbulo de un futuro promisor que llegará en nuestra vida, permaneciendo para siempre.
Por eso, son  tan importantes esos momentos que vivimos a la espera de algo.