Ha llegado ya el mes de diciembre.
Los escaparates de las tiendas están adornados con cintas rojas, bolitas
doradas y nieve artificial, mientras por todos los rincones de la ciudad
resuenan los villancicos, interpretados por voces infantiles.
Gente que entra y sale aprisa y
corriendo de las tiendas, unos con paquetes grandes, otros apenas con la
desilusión de compras imposibles.
Calles
y edificios adornados con bombillas coloridas,
personas
que se dan las manos,
que
se desean felicidades,
que
se abrazan,
que
conversan.
Es
el hechizo de Navidad que va penetrando intensamente en nuestro ser, conforme
nos aproximamos más de esa noche memorable.
¿Frío
o calor? No importa!
Navidad,
con nieve o con el sol intenso del trópico.
Navidad
no está limitado a un tiempo determinado
y sí al sentimiento que une a toda la familia,
que
perdona a quien nos ha ofendido,
que
nos hace sonreír al mendigo, antes ignorado,
que
nos aproxima de quien nos incomoda…
En las Navidades, nuestro
comportamiento es diferente:
Los pueblos en guerra abandonan las
fusiles;
Se da la vez al vecino en la cola del
supermercado;
Se dan propinas
generosas al basurero, al cartero y A todos los que nos desean felicidades.
Nos da la impresión de
que el 25 de diciembre no es apenas un día cualquiera del calendario. Es un día
único que, año tras año, va realizando el milagro de la paz y de la
reconciliación.
Alegría…
Fiesta;
Reunión familiar alrededor de una mesa.
Corazones que se abren,
Personas que se besan, deseando con
toda sinceridad,
¡UNAS FELICES NAVIDADES!
Lo mismo deseo para ti, las personas que más quieres, tus lectores y para todos.
ResponderExcluirSaludos desde Lima, donde el sol se anuncia ya fuerte desde hace varios días.