A meus parentes e amigos

A mis familiares y amigos
Se me ha ocurrido empezar un blog personal para ir publicando mis nuevas crónicas que vendrían a ser como una segunda edición de mi libro “80 Chispazos”.

Espero que os gusten, pues están todas “inspiradas” en experiencias de mi vida diaria. .

quarta-feira, 5 de setembro de 2012

La papelera


En un rincón de mi despacho hay una papelera  que casi siempre está al tope de papeles arrugados o rasgados.
Representa el símbolo de un pasado que no quiero ni recordar: boleto de la lotería que no dio en nada; pañuelo de papel con el que intenté secar mi mesa sobre la que derramé la tacita de café; páginas arrancadas del cuaderno de apuntes donde constaban números de teléfonos que ya no voy a necesitar; lista de las compras que hice la semana pasada…
Cuando está ya a no caber nada más, meto todo en un saco de plástico y…!a la basura!, donde se mezclará con tantas otras cosas destinadas a desaparecer con el tiempo.
No quiero guardar recuerdos de un pasado que nada representaron en mi vida, a no ser  deseos irrealizables o comprobantes de bienes que ya no existen.
 No puedo imaginar mi vida sin una papelera. Cuando está vacía, siento como un desafío. ¿Por qué no echo a la basura comprobantes de consumo de energía eléctrica de años pasados? ¿Para qué debo guardar tarjetas de Navidad recibidas hace ya tanto tiempo?.
Y la papelera va llenándose de nuevo… no sólo de papeles inútiles, como también de bolígrafos sin tinta, cajas de zapatos vacías,  bolsas de compras sin uso,  
Hay que renovar la vida continuamente. Lo que no hemos usado durante más de un año, no hay por qué guardarlo. Si ese fuera nuestro comportamiento, no habría necesidad de tantos armarios que reducen los espacios libres de la casa. Por algo será que los indios viven en cabañas sin divisiones, donde apenas necesitan un pequeño espacio para tender sus hamacas.
En todo esto estaba yo pensando mientras rasgaba papeles que iban abultando la carpeta de documentos.
Por la calle pasa un papelero recogiendo revistas, periódicos usados, y cajas vacías. Menos mal que alguien consigue vivir con lo que yo echo a la basura.
No hay mal que por bien no venga. ¡Bendita sea la papelera donde echamos tanta cosa inútil!  

Nenhum comentário:

Postar um comentário